domingo, 12 de diciembre de 2010

Historieta.

 Era una noche oscura. Él estaba buscando, aunque no veía nada. Corría y corría. 
 Estaba agotado. Llevaba corriendo mucho tiempo. Estaba a punto de abandonar. Pero apareció. En el justo instante en el que iba a abandonar, en el justo instante en el que salió la luna, apareció. Todo se iluminó para ellos.
 Se miraron a los ojos. Los dos habían estado corriendo. Sin hablar y sin más, se besaron. Juntos, mezclados completamente, y tan oscuro y silencioso como aparentaba estar el lugar, todo se iluminó y todo se estremeció para ellos. Como si el mundo supiera que estaba escrito que eso ocurriese. 
 Allí, iluminados bajo la luz de la luna, se detubo el tiempo. Como un cuadro del más famoso pintor que jamás ha sido visto. Como la fotografía más bonita del mundo que jamás fue hecha. Como una pareja de amantes que jamás se separaría.

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